"En-frente"

Abrio los ojos muy despacio, pero la luz igual los lastimo. Unos ojos chiquitos, achinados, casi invisibles. Se los refregó un poco, tratando de sacarse las lagañas, y con ellas los malos sueños de la noche que habia pasado. Era raro, no se acordaba de lo que habia soñado, pero si de que no le habia gustado. Tenia una pinza de angustia que le hacia doler el pecho y le apretaba la garganta.
Cuando se despabiló un poco, noto algo extraño. Alguien le estaba hablando, pero sabia que estaba completamente solo. "Lo único que me faltaba, escuchar voces", penso. "¡Como si ya no fuera lo suficientemente complicado tratar de aparentar normalidad!".
Pero no se sentia "menos" normal que de costumbre, no eran esas voces que no dejan vivir y de las que se quejan los que las padecen.
Esa voz chiquita, como de muñeca, seguia ahi, molestando, llevandole la contra. Mas que nada eso, llevandole la contra. Cada cosa que él decía o pensaba la voz se lo retrucaba, como si fuera dueña de la verdad absoluta. Ya se habia cansado de escucharla y sólo hacia 15 minutos que se habia despertado.
Se levantó de la cama, a pesar de las negativas de la voz chiquita, y fue al baño. Se dio una ducha mientras la vocesita se quejaba de estar ahogandose con tanta agua. "Mejor", penso, "capaz se ahoga y se calla". Cuando salió se miró al espejo, y ahi fue cuando la descubrio: era una cara pequeñita, minima en realidad, pero lo suficientemente notoria. "No puede ser, esto si que era lo último que necesitaba. Cómo explico esto en el trabajo, en casa, en general bah." Ahi estaba, como si nada y muy campante, esta cara chiquita, que hablaba sin parar, muy instalada en su frente. "Y bueno" , se dijo con resignación, "hay cosas peores". Se calzó un sombrero y se fue a trabajar.